Segundo Encuentro Internacionalde Laicos Cistercienses

Creemos que ha llegado el momento de pedirles…

Our Lady of the Holy Spirit •  Conyers, Georgia • 24-30 de Abril de 2002

Abadía De Nuestra Señora Del Espíritu Santo
Conyers, Georgia USA
24-30 de Abril de 2002

Queridos Abades y Abadesas reunidos en el Capítulo General de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia,

Les enviamos esta carta los cerca de cien participantes de las veintiséis comunidades de Laicos Cistercienses asociados a diversos monasterios en Canadá, Chile, España, Francia, Irlanda, Nigeria, Noruega, Suiza, los Estados Unidos y Venezuela.

Somos hombres y mujeres laicos, que nos sentimos profundamente llamados a buscar a Dios por medio de la tradición Cisterciense. Aceptamos la Regla de San Benito, como nuestra guía para vivir el Evangelio de Jesucristo.

Desde la gran riqueza y diversidad de nuestros grupos, compartimos unos valores y prácticas que nos unen. Entre los cuales se incluyen:

  • Lectio divina
  • Oración individual, comunitaria y litúrgica
  • Simplicidad de vida
  • Conversatio morum
  • Silencio interior y contemplación
  • El trabajo como camino de santidad

Creemos que durante los últimos quince años, el Espíritu Santo ha ido reuniendo comunidades de Laicos Cistercienses en diferentes partes del mundo. Desde 1994 se han efectuado encuentros periódicos entre grupos en diversos países, para intercambiar información. El primer intercambio internacional tuvo lugar en Quilvo, Chile, en enero del 2000, en el que tomaron parte doce comunidades.

El creciente número de comunidades y de personas individuales buscando nuestra ayuda para seguir este camino Cisterciense, nos enfrenta a algunos retos. Estos incluyen asumir el papel de guiar en la vida cenobítica, formación inicial y continuada, la relación entre el monasterio de acogida y su comunidad de Laicos Cistercienses y la vida de los Laicos Cistercienses en el mundo.

Creemos que ha llegado el momento de pedirles una palabra de sabiduría y reconocimiento, para alentarnos a vivir el carisma Cisterciense en el mundo. A la vez , también solicitamos al Capítulo General, que discierna la autenticidad de la obra que el Espíritu Santo esta efectuando en nuestras vidas. La ayuda fraterna y la oración de la Orden, es un elemento importante para responder con autenticidad a la presencia de Jesús en nuestros corazones y para la renovación de la Iglesia en este nuevo milenio.

Estamos muy agradecidos a los veinte monjes y monjas que han participado con nosotros en el Encuentro en la Abadía de Nuestra Señora del Espíritu Santo, y también a todos aquellos que nos sustentan con sus oraciones.

Oramos en acción de gracias por todos los miembros de la orden Cisterciense repartidos por todo el mundo, cuya vocación es fuente de fuerza espiritual para la Iglesia y para nosotros.